Estambul, la ciudad de los tres nombres

EstambulAtardecerConfieso que me encanta contemplar la cara de mis alumnos cuando viene a cuento desvelarles la etimología del topónimo Estambul, İstanbul en turco, a partir de la expresión εἰς τὴν πόλιν (pronunciada con itacismo, claro está, /is tin polin/) para referirse a la Pólis por excelencia, Constantinopla, despojada del nombre de su refundador, Constantino el Grande, hoy Κωνσταντινούπολη. Para los antiguos griegos era Bizancio, Βυζάντιον.

Quizás por eso mis sentidos se agudizaron cuando un mediodía en medio de otras tareas oí el anuncio en Radio Nacional de una entrevista a la historiadora Bettany Hugues, autora de Estambul, la ciudad de los tres nombres, que la editorial Crítica acaba de publicar. Pueden seguirla aquí . Acaso al terminar también se me había dibujado a mí la misma carita que a mis alumnos. Desde luego, estaba contenta, un banquete suculento se extendía sobre la mesa.

Las “buenas vibraciones” se vieron confirmadas días después con una elogiosa reseña en The Guardian. Y, como ésta a través de un enlace conducía a otro artículo muy interesante sobre Heródoto (pueden leerlo aquí), desmadejando ese ovillo que siempre nos tienden los clásicos, viene a dar con el pasaje que el Padre de la Historia dedica a la llegada de Darío a tal paraje (Heródoto IV, 84).

Él vadeó el estrecho tras construir un puente de barcas. Atravesaba el rey de los persas desde la orilla oriental a la occidental y la contemplación de las Rocas Cianeas en el pasaje herodoteo a mí me llevaba a mis queridos Argonautas. Ellos consultaron al ciego Fineo, según Apolonio Rodio, en la costa europea. Desde allí mucho antes cruzó Io, la amada de Zeus, perseguida por el tábano, y dio nombre al Bósforo, el ‘Paso de la Vaca’ en la que había quedado transformada.

DardanelosMarmaraBosforo

Acaso no esté de más recordar, siquiera para desfazer posibles entuertos geográficos, que aguas más abajo nadaba cada noche Leandro desde Abido en la parte asiática hasta Sesto en la parte europea para visitar a la Bella de la Torre, Hero. Casi entre esos dos puntos (Sesto y Abido) fabricó Jerjes otro puente de barcas, doble esta vez (Heródoto VII, 34-35), y, desbaratado que fue por una violenta tempestad, ordenó el rey persa azotar el mar y arrojar al agua un par de grilletes. ¡Bien pagó después su ὕβρις! Azotó el Helesponto, llamado así en honor de la pequeña Hele que junto con su hermano Frixo surcaba por los aires a lomos del Vellocino. Y, ¡ay!, se deslizó y cayó transfiriendo su nombre al mar, el ‘Ponto de Hele’, Helesponto. Tal es el actual estrecho de los Dardanelos, que al sur se abre al Mar de Mármara mientras éste se cierra al norte en Bizancio, en el Bósforo.Estambulnormal_KizkulesiLeandrosTowerEngraving

¡Con que hubiera sido escenario tan sólo de esas gestas! ¡Y cuántas más no ha conocido! ¡Cómo no sentirme ansiosa de sumergirme yo también en esas páginas!

Henar Velasco López

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