Sobre la enseñanza de los clásicos

Como sucedió en Navidad, nuestros blogueros se toman un merecido descanso hasta el día 31 de marzo. Para ir abriendo boca de cara al tercer trimestre, y, en concreto, a las celebraciones en torno a los aniversarios de Cervantes y Shakespeare, os dejamos el enlace de un texto publicado en El País (15 de febrero) por Juan Antonio González Iglesias: «Cómo se debe celebrar un clásico».

Susana González Marín

Parecidos razonables: Perseo y Andrómeda – Susanoo y Kushanida

Podemos decir que los mitos, en cierta medida, tienen un esqueleto, una serie de motivos que se suelen repetir, formando una especie de cadena de eventos. A veces el orden de estos se cambia o se altera el momento, produciéndose variaciones sobre el tema. Esto no
ocurre solo con cuentos de una misma cultura o tiempo, sino de culturas diferentes. Así, uno de estos ejemplos es la semejanza entre el mito grecolatino de Perseo y el japonés de Susanoo.

Perseo es un héroe del linaje de Zeus, hijo de Dánae y abuelo de Heracles, cuyo mayor logro es la decapitación de la Gorgona Medusa. Libera a Andrómeda, que es hija del rey Cefeo y de Casiopea; ésta había sido atada a un peñasco como castigo por la hybris de su madre, la cual osó comparar su belleza con la de las Nereidas, o, en otras versiones, con la de la propia Hera. Las Nereidas, hijas de Posidón, enfurecidas, piden venganza a su soberano padre. Así pues, el colérico dios envió un monstruo marino a las tierras de Cefeo, a Etiopía, y empezó a asolar sus tierras por medio de terribles inundaciones. Consternados ante tal catástrofe y tras consultar el oráculo de Amón, ofrecen a la hija de Casiopea como sacrificio, atándola a una roca junto al mar. Perseo, después de matar a Medusa y ataviado con las sandalias aladas de Mercurio, sobrevolaba Etiopía y pudo ver a Andrómeda. Enamorado a primera vista, pregunta al padre por su mano y éste le cuenta al griego la situación. Perseo se ofrece a liberarla a cambio de casarse con ella. Sin aparente dificultad, mata al monstruo gracias a las armas con las que se había enfrentado a la Gorgona, y consigue la mano de Andrómeda.

Este es el mito contado por Ovidio e Higino.

Además tenemos una historia similar en la cultura japonesa. En este caso, Susanoo, dios del mar y de las tormentas, y hermano de la diosa del sol Amaterasu y del dios de la luna  Tsukiyomi, vagaba por una montaña, hasta que vio unos palillos flotando en el río Hi. Entonces dedujo que río arriba debía de haber alguien. Y así era: una pareja de divinidades locales, que vivía río arriba, lloraba desconsoladamente junto a su hija. El dios les preguntó por el motivo. Los ancianos respondieron que una serpiente gigantesca de ocho cabezas y ocho colas venía cada año a devorar a una de sus hijas y que Kushanida, la muchacha que estaba junto a ellos en ese momento, era la última de ellas. Susanoo, impresionado por la belleza de la joven, hizo al anciano padre la misma pregunta que Perseo, si le entregaría a la princesa en matrimonio. El anciano accedió de buen grado por dos razones: de ese modo su hija podría salvarse y además se desposaría con un dios con una mayor jerarquía divina.

Así pues, Susanoo organizó un plan que consistía en preparar ocho barricas llenas de aguardiente para emborrachar a la serpiente. Aquí hay dos versiones: una en la que la serpiente directamente se abalanzó sobre las barricas e ingirió el aguardiente; y otra en la que dentro de la barrica se había moldeado una estatua de una mujer y en cuanto la serpiente vio la sombra de la estatua dentro de la barrica, se tragó el contenido del recipiente con la intención de devorar el sacrificio. Sea como fuere, el resultado en ambas versiones resultó ser el mismo: la serpiente cae dormida casi de inmediato. De este modo, el dios pudo decapitar al monstruo. Sin embargo, mientras Susanoo cortaba las cabezas con su espada, esta se quebró al chocar con algo en cierto momento. El dios, extrañado, comenzó a escarbar y encontró que dentro de la serpiente había una espada. Susanoo, en señal de respeto, se la obsequió a su hermana Amaterasu.

En el mito japonés hallamos una explicación del color rojizo del río, que en realidad se debe a los metales y no a la sangre derramada de la serpiente; y el origen de uno de los tesoros nacionales, la espada Kusanagi.

Ssana

Por lo tanto, lo que tenemos en estas dos versiones es uno de los motivos de cuentos folclóricos y mitos más conocido: un héroe errante que se encuentra a una doncella en apuros y decide salvarla, a condición de casarse con ella.

Airén López García

O TEMPORA! Crucigrama para mentes clásicas, por Auctor

Los habitantes del Reino Unido son una gente bastante curiosa, con costumbres originales, algunas muy admirables. Su relación con las lenguas clásicas es antigua y profunda. En un episodio de la serie Poldark (Temp. 1 ep. 5) podemos ver a un empresario obligado a cerrar su negocio escribiendo en el umbral RESURGAM! («Resurgiré»), como muestra de su determinación de volver a levantarlo; normal, pensamos, un miembro de la clase alta a finales del siglo XVIII ha recibido una vasta formación clásica. Pero es que, en el mismo episodio, vemos a las clases populares entonando alegremente una canción en latín, y no una canción de iglesia, sino tabernaria; seguramente ellos no aprendieron latín, pero la tradición goliardesca sigue viva.

Pues bien, los británicos de hoy en día (o un número significativo de ellos) resuelven un crucigrama en latín mientras desayunan los sábados, o así lo indica el hecho de que uno de sus periódicos más importantes, The Times de Londres, inserte uno semanalmente. Como en nuestro país no tenemos nada semejante, publicamos, con el permiso de su Auctor, el correspondiente al sábado 5 de marzo, después de traducir las definiciones al español, y de limar un poco, en algunos casos, el peculiar sentido del humor británico. Os ofrecemos el resultado, para que intentéis emular a los eruditos lectores del Times (podéis copiar la imagen e imprimirla). Animaos a enviarnos el crucigrama completado. Si no lo lográis, la solución ha salido en el periódico el sábado 12 de marzo; podéis buscarla, o esperar a que nosotros la publiquemos después de recibir vuestros resultados. No podemos prometer regalos, pero sí nuestra admiración y respeto a quienes lo resuelvan.

1

HORIZONTALES:

1.Griego abandonado que navegó con Eneas (Eneida 3) (12)
9. —– et puellae exeunt ut ludant. (5)
10. Lamer (literal y metafóricamente) (7)
11. Sin recibir una orden, praesertim apud Ciceronem et Livium (7)
12. Abajo, debajo de (adv. y prep. + acus.) (5)
14. Hasí harticulaba Harrio las haches. Vide Catull. 84 (9)
18 Persona desterrada de su patria (5)
20.Literalmente, peine, ergo plectrum (abl.). Vide el de marfil de Orfeo en Eneida 6.647 (7)
21. Sobre y encima de, adv. y, entre poetas, prep. + abl. (7)
23. Artemis, soror Apollinis (5)
24. Ella recordó (12)

VERTICALES:

2. Hacer ruido con una carraca (part. presente) (9)
3. Despedir, dat. abl. plu. part. perf. pas. (7)
4. Oxímoron de mucho/poco (6,2,5)
5. Tormentas (5)
6. Morir a la luz del día (juego de palabras británico) (3)
7. Ella confía (6)
8. En la obra ya citada (abrev.) (2,3)
13. Properavi, celeravi, verbo que César evitaba (9)
15. Et in ——- ego: utopía pastoral virgiliana (7)
16. A partir de ahora y en adelante (6)
17. Quam Trimalchio cum poesibus crassissimis curavit (5)
19. Bestiae, etiam in comoedia Plauti scortae (5)
22. Cogito, ergo … (3)

Todas las respuestas son en latín. Siento que el sistema británico de numeración en los crucigramas sea menos evidente que el nuestro. Paciencia y a por ello.

Mª José Cantó Llorca

 

 

 

 

En la muerte de Umberto Eco

El pasado 19 de febrero nos dejaba para siempre el célebre pensador y novelista italiano Umberto Eco, que no necesita presentación para cualquier persona con una mediana cultura. Fue autor de sesudos e influyentes estudios sobre semiótica (de la que era catedrático en Bolonia), estética y crítica literaria, pero una simple glosa de sus aportaciones más relevantes requeriría más espacio que el aconsejable para una entrada de blog, así que me centraré en la obra que le lanzó a la fama tras convertirse en un imprevisible fenómeno de masas: El nombre de la rosa, aparecida en el ya lejano 1980.

Tanto la trama policíaca, en la que se suceden una serie de asesinatos enigmáticos, como la original ambientación, una abadía benedictina en el norte de Italia en el s. XIV, atrajeron a infinidad de lectores de toda condición, a los que no ahuyentó la ingente erudición que el autor despliega sobre los temas más variopintos: la economía monástica, la iconografía medieval, las disputas teológicas sobre la pobreza en la orden franciscana, las querellas entre papa y emperador, los saberes medievales sobre hierbas o sobre piedras preciosas, literatura clásica, cristiana y árabe… todo ello trufado con constantes expresiones y hasta párrafos en latín… sin traducción. Algún crítico señaló malévolamente que el éxito de ventas de la novela se explicaba porque ofrecía a los lectores la ilusión de sentirse cultísimos al sumergirse en ese mar de alusiones librescas.

rosaSi la novela arrasó como lo hizo fue sin duda porque podía leerse en varios niveles: estaba por un lado el argumento detectivesco, que se entendía sin gran dificultad prescindiendo de todo lo demás, pero los lectores más instruidos serían capaces de penetrar en los niveles más profundos, históricos, literarios, filosóficos y hasta teológicos, y llegar a descubrir la simbología de los personajes y las personas reales que se escondían bajo su máscara. Así, Adso de Melk, el novicio que presencia los hechos y los narra en su vejez, remite al verbo latino adsum, “estoy presente”. Su maestro, Guillermo de Baskerville, el perspicaz franciscano empeñado en desentrañar los crímenes de monjes, tiene parte de Sherlock Holmes (inmortalizado en el Sabueso de los Baskerville de A. C. Doyle) y parte de Guillermo de Ockham, lógico implacable, también inglés, franciscano y del s. XIV. Es sin duda la figura más homenajeada en el libro. El propio título de la obra apunta con claridad a la corriente filosófica de la que Ockham es el principal representante: el nominalismo. Ante sus teorías un estudioso del signo lingüístico como Eco sólo podía sentir la mayor de las fascinaciones. La rosa y su nombre. ¿Existe la rosa, o lo que fuera, aparte de su nombre, o sólo en él? La discutida relación entre nombre y esencia, ya tratada por Platón en el Cratilo, como recuerda Borges:

Si, (como el griego afirma en el Cratilo) el nombre es arquetipo de la cosa, en las letras de rosa está la rosa y todo el Nilo en la palabra Nilo. (“El Golem”, de El mismo, el otro; leído por el mismo autor, lo puedes escuchar aquí)

No es gratuita la referencia, porque no se precisa mucha imaginación para reconocer un trasunto de Jorge Luis Borges en el gran antagonista de Guillermo, Jorge de Burgos, hispano, bibliotecario y ciego. Sus dos personalidades condensan el meollo ideológico de la novela y encarnan los dos tipos de intelectual frente a la cultura de masas, descritos en su obra de 1965, Apocalípticos e integrados. El apocalíptico Jorge (benedictino) trata de preservar intacto y fuera de la circulación general el saber tradicional, en el que se contiene toda la verdad, mientras que el integrado Guillermo (franciscano), con ciertos aires renacentistas, cree que puede ampliarse mediante la razón y la investigación científica de la naturaleza. (No deja de ser curioso que los dos últimos papas hayan elegido los nombres de Benedicto y Francisco, aunque este último sea argentino y se llame Jorge).

Es memorable el debate final entre Guillermo y Jorge sobre la risa y su defensa en el segundo libro de Poética de Aristóteles, cuya última copia se guarda en el monasterio, pero mejor será dejar el tema para una nueva entrada.

Marco Antonio Santamaría

¡César, cuídate de las idus de marzo!

El 15 de marzo es una fecha inolvidable para filólogos clásicos, historiadores o cualquier persona interesada en el mundo antiguo. A nadie se le olvida la muerte de César, aunque no sepa exactamente el día, ya que a lo mejor no controla la equivalencia del calendario romano al actual -afortunadamente, para eso siempre tendremos la Guide romain antique, al menos en lo que a un servidor respecta-.

Hoy es un día importante para todo el mundo, independientemente del lado del que nos posicionemos. Para los republicanos hoy es el día en el que murió el tirano, para los cesarianos hoy es el día en el que César ascendió al cielo y se convirtió en Diuus Iulius. Quizá fue William Shakespeare (basándose en el relato de Plutarco) quien más hizo por que esta fecha fuera recordada en la posteridad, al ponerla en la boca de aquel adivino ciego que prevenía al dictador de que le aguardaba un gran peligro. No hay duda de que es un día señalado en la historia cultural de occidente; no sólo porque la novela histórica de Thornton Wilder se titule así, sino también porque este fue el título escogido para una película estrenada en 2012, la cual nada tenía que ver directamente con la muerte de César, pero sí con los entresijos de la política. Aquí pueden ver el trailer.

 

IMAGEN 1 TEMPLO DE CÉSAR
Templo de César

Incluso en estos tiempos en los que parece que nos hemos olvidado de todo lo clásico habrá gente en Roma que llevará flores al ara Caesaris y las depositará en el sitio donde nos dicen que su cuerpo reposó y fue incinerado.

 

IMAGEN 2 ARA CAESARIS
Ara Caesaris

Hoy blogs como éste se llenarán de referencias a la muerte de César y de imágenes cómicas que satirizarán un hecho que en su día hizo tambalearse los pilares del  Estado romano. Pensemos que este magnicidio no sólo afectó a Cayo Julio César, sino que propició otra guerra civil en la que murió un número de personas nada desdeñable y que inauguró la nueva forma de gobierno de Roma: el principado. Por eso este día es importante no sólo en la Historia, sino también en la actualidad. Y visto todo lo que significan las idus de marzo (sí, la palabrita es femenina en latín), al que suscribe le produce un sentimiento de tristeza y desilusión que el tododopoderoso gigante Google todavía no haya dedicado ni un solo doodle para recordar la muerte de César. ¡Parece mentira, Google, hijo, que durante tantos años se te hayan olvidado las idus de marzo!

Ibor Blázquez Robledo

Océano, Hércules y Cádiz

En la antigüedad clásica, Océano era para griegos y romanos una personificación del agua que rodeaba el mundo, representado como un río que corre alrededor del disco llano que es la tierra.

Túnez
Museo de Túnez

Después esta concepción fue cambiando a medida que aumentaba el conocimiento sobre el mundo. Posteriormente dio nombre al Atlántico. Como divinidad, Océano, hijo de Urano y Gea (que personifican al cielo y a la madre tierra, respectivamente), es considerado el padre de todos los ríos. Formó pareja con su hermana Tetis (que no hay que confundir con su nieta, la madre de Aquiles), que representa la potencia fecunda femenina del mar.

 

Hesíodo nos explica en su Teogonía que engendraron más de tres mil hijos, los ríos, entre los que figuran Nilo, Alfeo, Erídano, Meandro…  Y también engendraron hijas, llamadas “Oceánides”, que personifican los arroyos, las fuentes, etc., Éstige, Admete, Electra, Dóride…

En la leyenda Euristeo envió a Heracles (o Hércules) a la isla Eritia, con el fin de que robara los bueyes de Gerión. Pero la dificultad estribaba en que tenía que cruzar el Océano. Cuando Heracles cruzó el desierto de Libia, sintió un calor sofocante, por lo que amenazó con sus flechas a Helios, el dios del sol. Este le propuso un trato: Heracles no le dispararía y Helios le cedería su copa. Y así fue como Heracles se embarcó en la gran copa de sol. El dios Océano sacudía con fuerza al héroe sobre las olas y este le amenazó también con dispararle sus flechas, gracias a lo que finalmente pudo tener una travesía tranquila hasta la isla Eritia. Allí abatió a Ortro, el perro del pastor que guardaba los bueyes, que también cayó muerto a manos de Heracles. Menetes, el pastor de Hades y testigo de la escena, avisó a Gerión, pero este último también fue derrotado por las flechas de Heracles, quien embarcó a Tartessos en la copa del sol, junto con los bueyes (Pierre Grimal, Diccionario de mitología griega y romana)

En el artículo “Gerión y otros mitos griegos en Occidente”, de J.M. Blázquez Martínez, podemos leer que el entorno geográfico de esta leyenda pudo estar situado en Hispania, concretamente en Gades, la actual Cádiz. El poeta Estesícoro de Hímera sitúa la isla Eritia junto a la desembocadura del río Tartessos, probablemente el río Betis (actual Guadalquivir). Se cuenta además que Heracles erigió dos columnas, haciendo honor a su paso por Tartessos, y situó una a cada lado del estrecho que separa Libia de Europa: “Las columnas de Hércules”, que corresponden al Peñón de Gibraltar y a Ceuta.

Resulta lógico que Cádiz tenga en su escudo a Hércules y que en Ceuta podamos encontrar el monumento “Las columnas de Hércules”, de aproximadamente siete metros de altura, con el héroe separando los dos continentes.

Elena Villarroel Rodríguez

Carranque

Villa de Carranque

APOTHEON, otro videojuego

Siguiendo con el repaso a los últimos videojuegos de temática griega, no se puede pasar por alto la pequeña y reciente joya que es APOTHEON.

En este juego manejamos a Nikandreos (un nombre bien bonico para un héroe heleno), un simple humano que despierta un buen día con su ciudad arrasada por un Olimpo que ha dado la espalda a la humanidad. Aparece entonces Hera, que malmete para que este buen señor vaya a darles lo suyo a los dioses, y así ella se queda con el poder. Muy simpática, oiga.

Lo que hace diferente a este juego es, en primer lugar, su estética. En todo momento, el juego imita la cerámica griega, con un gusto exquisito. Cuando nuestro personaje avanza, la pantalla se mueve como si se estuviera girando un ánfora. Es más, cuando el personaje está al borde de la muerte, todo se resquebraja. No acaba ahí la ambientación: las armas, armaduras y escudos (de durabilidad limitada) tienen nombres “griegos”, como doru o xiphos.

En segundo lugar, repartidos por los escenarios hay una serie de altares que contienen pasajes de textos clásicos que amplían la información de la zona en la que se esté (así, en los salones de Apolo se nos habla de su affaire con Dafne, o de la plaga causada al principio de la Ilíada), lo cual da muestra de su cuidada documentación. Además, procura hacer ciertos guiños a las obras más conocidas (por ejemplo, para poder derrotar a Ares nos hará falta la lanza de Diomedes).

Eso sí, la historia no tiene mucho más: avanza, mata, llega al dios, mata, y vuelta a empezar. Conseguidos todos los poderes divinos, Nikandreos, único humano con vida, se convierte en dios (sí, el título del juego destripa el final) y derrota a Zeus, el último olímpico. El juego termina con Nikandreos creando su primer humano a partir del barro. Por aquello del ciclo de la vida, que diría Mufasa.

Lo mejor de este juego es que, si no se tiene mucha idea de mitología clásica, es un muy buen comienzo; si ya se es un iniciado en los misterios, se puede disfrutar de cómo se reimaginan los finales de ciertas historias (Dafne es encerrada en los jardines privados de Apolo para su disfrute personal, por ejemplo). En ambos casos, la estética resulta tremendamente atractiva.

Alberto López Redondo

¿Se dice el ratio o la ratio?

Creo que no hace falta documentar los abundantes usos que los medios de comunicación hacen del término latino ratio precedido del artículo castellano «el». Ratio en latín es femenino, por lo que debería decirse «la ratio«. Naturalmente sospechamos que la preferencia por el artículo determinado de género masculino se debe a que los sustantivos castellanos terminados en -o son masculinos. El término procede del ámbito matemático y/o estadístico. Por cierto, en el español de las enciclopedias escolares de los años 40 y 50 del siglo pasado se usaba el término «razón» como “el cociente indicado de dos números”. Está claro que  la sensibilidad lingüística de los españoles ha cambiado. ¿Será que nos hemos vuelto más latinos? Quizás más anglosajones. Sospecho que ratio, como tantos otros, es uno de esos falsos amigos latinos que nos llegan a través del inglés. Ratio, según el diccionario Collins, significa “razón, relación, proporción”. Como tantas veces sucede en nuestra lengua, el ascenso no ya del inglés como lengua de prestigio, sino de las adaptaciones latinas del inglés parece imparable. ¿Qué me dicen del término «letal»? Pero eso queda para otro día.

José Carlos Fernández Corte

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