Uno de los elementos más característicos de la Navidad mallorquina es el Cant de la Sibil·la. Ignorando las prohibiciones derivadas del Concilio de Trento (1545-1563), esta figura pagana, espada en mano, pervive desde la Edad Media en los maitines de Mavidad (o Misa del Gallo) de toda Mallorca y de l’Alguer (la ciudad catalanoparlante de Cerdeña). Ataviada como es debido, la Sibila (representada por un niño o, más modernamente, por una mujer) canta la segunda venida de Cristo que ha de juzgar a todos los mortales.
La Sibila cantaba en toda el área de habla catalana y a partir de su promoción como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco han sido muchos los lugares en los que se ha recuperado sus propias variantes. Ahora es posible volver a oír la Sibila en la Seu d’Urgell, Girona, Barcelona, València, Ontinyent, Maó y un largo etcétera. Se puede afirmar que esta reliquia paralitúrgica de la musical medieval se ha transformado en un símbolo nacional. Sin embargo, también se documenta en todo el sudeste europeo y de tanto en tanto se edita y se interpreta alguna nueva versión olvidada ya sea en occitano, en gallego, en castellano o, como recientemente ha salido a la luz, en euskera (si bien el texto de la Sibilaren Profezia es algo diferente al resto).
Las versiones catalanas parecen proceder de una provenzal, pero todas son variantes en última instancia del llamado Iudicii signum, una traducción latina de San Agustín de Hipona (Ciudad de Dios 18.23) de un original griego. El mismo autor narra cómo llegó a sus manos el tomo de los Oráculos Sibilinos, en donde se ha transmitido este texto. De hecho, el título Iudicii signum proviene de las dos primeras palabras de la misma profecía, siguiendo la costumbre antigua de titular la obra por su inicio, y se corresponde al griego κρίσεως σημεῖον ‘señal del juicio’, aunque en la versión original no están en la misma posición inicial. San Agustín tomó estos versos, atribuidos a la Sibila de Eritrea, para ejemplificar cómo incluso entre los paganos se había profetizado la venida de Cristo. Entre otras cosas, comenta el acróstico del original (el mensaje que se lee a partir de la primera letra de cada verso) haciendo notar que su traducción, en hexámetros como el original, mantiene este juego (con las mismas letras griegas transcritas, mostrando sólo dos incongruencias, e incluso manteniendo (Creistos por Cristos) el itacismo griego de Χρειστός por Χριστός); sin embargo, no traduce los últimos siete versos que contienen la palabra griega σταυρός ‘cruz’.
La versión original griega se ha transmitido en la recopilación de los Oráculos Sibilinos (8.217-250). Se trata de profecías atribuidas a las diferentes sibilas, compuestas en un período de varios siglos, entre el II y el VI d.C. Por ello, sus referentes son muy variados y el conjunto se está revalorizando como fuente para el estudio de las interacciones entre paganos, cristianos y judíos. Evidentemente, su composición se ha de buscar en ambientes de los dos últimos, interesados en tomar una figura pagana para el proselitismo de su fe ante los primeros.
(Pincha aquí para ver a Margalida Rodríguez interpretando el Cant de la Sibil·la en la Catedral de Palma (2012)
El fragmento que nos ocupa está compuesto a partir de imágenes apocalípticas procedentes de diferentes libros del Nuevo Testamento, aunque tiene algunas pocas referencias propiamente paganas (el Hades, el Tártaro, el Caos…) para conferirle el aire pagano que hiciera verosímil la autoría sibilina del texto. Un ejemplo muy evidente de esta dependencia textual se encuentra en el verso 231 (15):
Θρῆνος δ’ ἐκ πάντων ἔσται καὶ βρυγμὸς ὀδόντων (Orac.Syb. VIII 231)
Tunc erit et luctus stridebunt dentibus omnes (trad. de Agustín XVIII 23, v. 15)
‘Todos dejarán escapar sus lamentos y el rechinar de dientes’
ἐκεῖ ἔσται ὁ κλαυθμὸς καὶ ὁ βρυγμὸς τῶν ὀδόντων (Lucas XIII 28)
ibi erit fletus et stridor dentium (Vulgata, Lucas XIII 28)
‘Allí habrá llanto y rechinar de dientes’
Sin más dilación, ofrezco el original griego con traducción castellana junto a la traducción latina de Agustín de Hipona. Al final puede consultarse también un enlace a diferentes versiones catalanas y una recopilación de diferentes grabaciones en Spotify.
Oráculos Sibilinos VIII 217-250
Acróstico ΙΗΣΟϒΣ ΧΡΕΙΣΤΟΣ ΘΕΟϒ ϒΙΟΣ ΣΩΤΗΡ ΣΤΑϒΡΟΣ
Ἱδρώσει δὲ χθών, κρίσεως σημεῖον ὅτ’ εσται.
Ἥξει δ’ούρανόθεν βασιλεὺς αἰῶσιν ὁ μέλλων,
Σάρκα παρὼν πᾶσαν κρίναι καὶ κόσμον ἅπαντα.
220 Ὄψονται δὲ θεὸν μέροπες πιστοὶ καὶ ἄπιστοι
(5) Ὕψιστον μετὰ τῶν ἁγίων ἐπὶ τέρμα χρόνοιο.
Σαρκοφόρων δ’άνδρῶν ψυχὰς ἐπὶ βήματι κρίνει,
Χέρσος ὄταν ποτὲ κόσμος ὅλος καὶ ἄκανθα γένηται.
Ῥίψουσιν δ’εἴδωλα βροτοὶ καὶ πλοῦτον ἅπαντα.
225 Ἐκκαούσει δὲ τὸ πῦρ γῆν οὐρανὸν ἠδὲ θάλασσαν
(10) Ἰχνεῦον, ῥήξει τε πύλας εἱρκτῆς Ἀίδαο.
Σὰρξ τότε πᾶσα νεκρῶν ἐς ἐλευθέριον φάος ἥδει
Τῶν ἁγίων· ἀνόμους δὲ τὸ πῦρ αἰῶσιν ἐλέγξει.
Ὁππόσα τις πράξας ἔλαθεν, τότε πάντα λαλήσει
230 Στήθεα γὰρ ζοφόεντα θεὸς φωστήρσιν ἀνοίξει.
(15) Θρῆνος δ’ ἐκ πάντων ἔσται καὶ βρυγμὸς ὀδόντων.
Ἐκλέιψει σέλας ἠελίου ἄστρων τε χορεῖαι.
Οὐρανὸν εἱλίξει, μήνης δὲ τε φέγγος ὀλεῖται.
Ὑψώσει δὲ φάραγγας, ὀλεῖ δ’ ὑψώματα βουνῶν,
235 Ὕψος δ’ οὐκέτι λυγρὸν ἐν ἀνθρώποισι φανεῖται.
(20) Ἱσά δ’ ὄρη πεδίοις ἔσται καὶ πᾶσα θάλασσα
Οὐκέτι πλοῦν εἴξει. γῆ γὰρ φρυχθεῖσα τότ’ ἔσται
Σὺν πηγαῖς, ποταμοί τε καχλάζοντες λείψουσιν.
Σάλπιγξ δ’ οὐρανόθεν φωνὴν πολύθρηνον ἀφήσει
240 Ὡρύουσα μύσος μέλεον καὶ πήματα κόσμου.
(25) Ταρταρεον δὲ χάος δείξει τότε γαῖα χανοῦσα.
Ἡξουσιν δ’ ἐπὶ βῆμα θεοῦ βασιλῆος ἅπαντες.
Ῥεύσει δ’ οὐρανόθεν ποταμὸς πυρὸς ἠδὲ θεείου.
Σῆμα δέ τοι τότε πᾶσι βροτοῖς, σφρηγὶς ἐπισημος
245 Τὸ ξύλον ἐν πιστοῖς, τὸ κέρας τὸ ποθούμενον ἔσται,
(30) Ἀνδρῶν εὐσεβέων ζωή, πρόσκομμά δὲ κόσμου,
Ὑδασι φωτίζον κλητοὺς ἐν δώδεκα πηγαῖς·
Ῥάβδος ποιμαίνουσα σιδηρείη γε κρατήσει.
Οὖτος ὁ νῦν προγραφεὶς ἐν ἀκροστιχίοις θεὸς ἡμῶν
250 Σωτὴρ ἀθάνατος βασιλεὺς, ὁ παθὼν ἕνεχ’ ἡμῶν.
Acróstico: Jesucristo, el hijo de Dios, el Salvador; la Cruz.
[217 (1)] Sudará la tierra cuando llegue la señal del juicio. Vendrá del cielo el que ha de ser rey eterno, cuando se presente para juzgar a la carne toda y al mundo entero. [220] Verán a Dios los mortales, fieles e infieles, [(5)] al Altísimo, junto con todos los santos al final de los tiempos. Sobre su trono juzgará. las almas de los hombres hechos de carne, cuando algún día el mundo entero se transforme en tierra firme y espinas. Los mortales desecharán los ídolos y todos los tesoros. [225] El fuego abrasará cielo y tierra [(10)] rastreando y romperá las puertas de la prisión del Hades. Entonces toda la carne de los muertos saldrá a la luz de libertad, de aquellos que sean santos; y a los impíos el fuego los someterá a eterna prueba. Todas aquellas acciones que ocultas realizaron, entonces las confesarán; [230] pues Dios abrirá con sus rayos de luz los pechos sombríos. [(15)] Todos dejarán escapar sus lamentos y el rechinar de dientes. Desaparecerá el brillo del sol y las danzas de las estrellas. Enrollará el cielo y se apagará la luz de la luna. Elevará las simas, aplanará las cimas de los montes, [235] ya no se verá entre los hombres ninguna penosa altura. [(20)] Los montes se igualarán con las llanuras y el mar entero ya no será navegable, pues la tierra, junto con las fuentes, se habrá agostado y los ríos resonantes desaparecerán. La. trompeta desde el cielo emitirá su voz llena de lamentos, [240] y aullará por la abominación de los desdichados y las calamidades del mundo. [(25)] Entonces la tierra se abrirá para mostrar el abismo del Tártaro. Llegarán ante el trono de Dios todos los reyes. Fluirá desde el cielo un río de fuego y de azufre. La señal entonces para todos los mortales, el sello insigne, [245] será el madero entre los fieles, el ansiado cuerno, [(30)] vida para los hombres piadosos, (escándalo) del mundo, que con sus aguas ilumina a los convocados en sus doce fuentes; dominará un férreo cayado pastoril. Ese que ahora tiene sus iniciales escritas en acrósticos es nuestro Dios, [250] salvador, rey inmortal que sufrió por nosotros.
(Traducción de Emilio Suárez de la Torre)
Traducción latina de San Agustín de Hipona (De civitate Dei XVIII 23)
Iudicii signum tellus sudore madescet
E celo rex adveniet per secla futurus
Scilicet in carne presens ut iudicet orbem
Unde deum cernent incredulus atque fidelis
5 Celsum cum sanctis eui iam termino in ipso
Sic anime cum carne aderunt, quas iudicat ipse
Cum iacet incultus densis in uepribus orbis.
Reicient simulacra uiri cunctam quoque gazam
Exuret terras ignis pontumque polumque
10 Inquirens tetri portas effringet Auerni
Sanctorum sed enim cuncte lux libera carni
Tradetur Sontes eterna flamma cremabit
Occultos actus retegens tunc quisque loquetur
Secreta atque deus reserabit pectora luci
15 Tunc erit et luctus stridebunt dentibus omnes
Eripitur solis iubar et chorus interit astris
Volvetur celum lunaris splendor obibit
Deiciet colles valles extollet ab imo
Non erit in rebus hominum sublime vel altum
20 Iam aequantur campis montes et cerula ponti
Omnia cessabunt tellus confracta peribit
Sic pariter fontes torrentur fluminaque igni
Sed tuba tum sonitum tristem demittet ab alto
Orbe, gemens facinus miserum variosque labores
25 Tartareumque chaos monstrauit terra dehiscens
Et coram hic domino reges sistentur ad unum
Reccidet e celo ignisque et sulphuris amnis.
Pincha aquí para leer algunas versiones del Cant de la Sibil·la. Y aquí para acceder a la lista de reproducción de Spotify
Bartomeu Obrador Cursach
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