LA TRADICIÓN CLÁSICA DEL JUEGO DE PELOTA

Entre los griegos y romanos había diferentes tipos de juego de pelota, que pueden ser antecedentes de los juegos actuales. Había mucha afición, pues jugaban niños, jóvenes y ancianos, aunque hubiera variaciones en el modo de juego en función de la franja de edades. También se dice que Julio César, Mecenas o el propio emperador Augusto jugaron con el esférico.

Refiere San Isidoro que la pelota es llamada pila porque el interior está relleno de pelos, y luego se recubría con lana o piel.

Juegos de pelota en Grecia recogidos por Pollux:

Σσφαῖρα επισκιροs: era un ejercicio realizado poro jóvenes por la fuerza que requería. El campo se dividía  en dos partes iguales, trazando una línea con una piedra, para separar a unos de otros y colocar en ella la pelota. Trazaban también otras rayas en la parte de atrás del campo, a una distancia igual de la raya central, y ahí se situaban cada uno de los bandos. Una vez que se ha dado la señal, todos los jugadores se apresuraban a conseguir la pelota y aquellos que la hubieran cogido primero, la lanzaban al campo contrario, por encima de las cabezas de los jugadores.

Φενίνδα: también llamado “juego de los engaños”, pues el que tiene la pelota dice el nombre del jugador contrario, que es quien debe cogerla. Pero esto lo hace para despistar, porque en realidad puede lanzar la pelota al lado contrario de donde se encuentra el adversario retado. Si la pelota toca el suelo, pierde un punto.

Απόρραζιs: Se trata de lanzar con mucha fuerza la pelota contra el suelo y recogerla. Después, hay que volver a tirar y contar el número de botes. Aquel que consigue hacer esto más veces en el mismo tiempo, gana. También se puede tirar la pelota contra la pared y cogerla en el aire cuando vuelve (muy similar al juego de pelota a mano).

Οὐρανία: El jugador tira la pelota al aire, lo más alto posible. Los adversarios deben tratar de apoderarse de ella en la bajada. Ganará quien haya conseguido cogerla en el aire.

Los romanos jugaban en amplios espacios, como por ejemplo, el Campo de Marte. Pero al término de la República, construyeron una sphaeristeria, que eran unos locales habilitados en las termas o gimnasios, como las de Agripa o Caracalla.

Había cuatro modalidades, designadas tanto por la forma de la pelota como por la dinámica del juego. Son las siguientes ordenadas según el tamaño del balón, de mayor a menor:

Follis: Era la pelota más grande, como un pelotón, pero más blanda que las otras, y por ello los niños y ancianos jugaban con ella. El material iba cosido y se inflaba con un fuelle, parecido a los de la cocina. Cuando era más pequeña, se llamaba folliculus. Al ser una pelota ligera, había que lanzarla con un movimiento más lento que las demás.

Harpastum: De tamaño menor que la del follis. Era un juego muy similar al rugby y practicado por los jóvenes, pues requería fuerza y dinamismo. También se le llamó spheromachia, por reflejar esta lucha a través del esférico.

La forma de jugar era la siguiente: un amplio número de jugadores se dividen en dos equipos, y cada uno de ellos defenderá su campo, que es rectangular, limitado por una línea. Debe el jugador apoderarse de la pelota y lanzarla al compañero que se encuentre más próximo a la raya de contrarios. Resulta victorioso aquél que logre introducir la pelota más allá de la línea contraria.

Pila paganica: Estaba rellena de plumas y cubierta de lana y de una ligera piel. Era más pequeña que el follis y más grande que la trigonica. Era muy utilizada antes del baño, en los gimnasios. Algunas veces, para no dañarse las manos, se utilizaba una especie de raqueta, llamada reticulum.

Pila trigonica: Más pequeña que la pila paganica, aunque más dura. Como su propio nombre indica, participaban tres jugadores, dispuestos en un ángulo. Se iban pasando la pelota sin errar en el lance y sin detenerse. Se empleaba rapidez y fuerza, pues se trataba de que el contrincante fallara. Los jugadores no se movían de su sitio y lanzaban la pelota de derecha a izquierda o viceversa, según los turnos.

También tenían un sirviente para actuar como recogedor de pelotas.

El poeta Marcial, en el Libro XIV de sus Epigramas, dedica varios poemas a las diferentes variedades del juego de pelota:

“Pelota rústica. Esta pelota rústica que está embutida de plumas de gran dificultad, es menos blanda que un balón y menos dura que la pelota”. (Epigrama 45).

Pelota para jugar tres. Si me sabes golpear con ágil zurda, soy tuya. ¿No sabes? Torpe, devuelve la pelota”. (Epigrama 46).

“Balón ligero. Alejaos de mí, jóvenes: me va mejor una edad apacible: con balón conviene que jueguen los niños, con balón los ancianos.” (Epigrama 47).

“Harpasta. En el polvo de Anteo la coge un rápido atleta que intenta en vano ensanchar su cuello”. (Epigrama 48).

(Traducción de Marco Valerio Marcial, Epigramas; Introducción de Rosario Moreno Soldevila; texto latino preparado por Juan Fernández Valverde; traducción de Enrique Montero Cartelle. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Vol-II. Colección Alma Mater. 2004.)

Como habéis podido comprobar, la pelota es un juego universal y tiene tantas modalidades como tipos de pelota, como sucede también actualmente: balonmano, baloncesto, waterpolo, badmington, etc.

Y ya para concluir, podéis leer un artículo, escrito por Luis Miguel Gómez Garrido en el diario digital Avilared, donde el autor del mismo nos describe, desde los antecedentes clásicos, hasta la actualidad, cuáles son las raíces del juego de pelota a mano.

Elena Villarroel Rodríguez

 

 

 

 

 

 

 

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