La Illeta dels Banyets, una nueva lámina de plomo

Durante el pasado congreso de jóvenes investigadores Ganimedes, celebrado en Murcia en marzo, Aránzazu López Fernández, de la Universidad del País Vasco, nos transmitió la noticia de un recientísimo hallazgo en la Illeta dels Banyets (El Campello) de una lámina de plomo con símbolos de lo que parecen ser de escritura grecoibérica, de la que se han encontrado varios testimonios en la zona de Contestania, región ibérica que ocupaba la provincia de Alicante (donde está El Campello, ciudad donde se encuentra el yacimiento) y parte de Murcia. Además de la lámina de plomo, que evidencia una fuerte influencia griega en este territorio de la península (debemos tener en cuenta los yacimientos de la zona contestana de Penàguila, Alcoy o Cocentaina, en el que también se han encontrado láminas de plomo en grecoibérico), también se encontró un fragmento de una escultura íbera, lo que sería la boca de un toro, similar a otros descubiertos en yacimientos de esa misma zona. (Lee la noticia de ABC aquí ).nor
La Illeta dels Banyets, más conocida como los Baños de la Reina, es un yacimiento íbero ubicado en plena costa; es una pequeña península situada al lado del puerto de El Campello, y debajo de La Torre Vigía, junto a la que se han encontrado diferentes hornos de época ibérica para la fabricación de ánforas, lo que evidenciaría cierta importancia portuaria comercial en esta. En este yacimiento, a pesar de la excesiva reconstrucción a la que parece que ha sido sometido, encontramos restos que van de la edad de bronce, pasando por la época ibérica, hasta la época romana y, posiblemente, también la Edad Media (época de la que se han encontrado materiales islámicos que evidenciarían una breve ocupación de este lugar); este amplio abanico cronológico nos testimonia la importancia este puerto, desde el que se podrían controlar las vías de entrada a la península y de salida marítimas.

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De la Edad de Bronce tenemos a la vista una de las dos grandes cisternas excavadas en la roca, alrededor de las cuales se han encontrado enterramientos y estructuras de habitáculos y, por tanto, ciertos objetos, como punzones, brazaletes o cerámica. De la Época Ibérica (ss. IV-III a. C.), etapa de importante desarrollo, tenemos, dos templos, unos almacenes y viviendas. Debido a la riqueza de los edificios, se ha entendido que este era un importante lugar de intercambio comercial. Finalmente, de época Romana se ha encontrado una villa, con unas pequeñas termas (donde aún se pueden diferenciar el horno, sala caliente, tepidarium frigidarium), además de unos viveros para peces (4 balsas comunicadas entre sí, la más grande de 8,7×3,10 metros, que reciben el agua del mar mediante trampillas situadas en los extremos de cada una).
Debido al pequeño tamaño del yacimiento (se puede ver perfectamente en una horita o dos), puedes aprovechar para bañarte en las piscifactorías romanas o en los mismísimos baños de una reina árabe, ya que, según una leyenda popular, estas “piscinas” fueron los baños de una famosa reina mora (además, es un sitio perfecto para practicar snorkel). O también puedes aprovechar y completar el día con una visita al MARQ  (Museo Arqueológico Provincial de Alicante, situado a solo 10 km de El Campello), donde están expuestos gran parte de los objetos encontrados en los yacimientos de la zona de Alicante, además de otras exposiciones (permanentes e itinerantes) que van desde la Prehistoria hasta la Época Moderna y Contemporánea.

Alba Boscà Cuquerella

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Las fotos que ilustran el reportaje (salvo la imagen que lo encabeza) han sido realizadas por Alba Boscà Cuquerella


 

 

 

¿Fénix en Valladolid? Ganimedes

Unos días atrás hablábamos de la mitología de los cielos madrileños. Trasladémonos hoy a la antigua capital de las Españas, mi Valladolid.

Cualquiera que transite por sus rúas, terminará desembocando en la calle Santiago, auténtica arteria que comunica la Plaza Mayor con el Campo Grande. En el cruce con la calle Constitución es muy posible que levante sus ojos al cielo y vea un “Fénix” coronando una pequeña cúpula.

En cualquier guía turística podrán encontrar información sobre cuándo y quién se encargó de su construcción  y cómo era el emblema de la empresa de seguros “La Unión y el Fénix Español”, incluso podrán buscar fotografías antiguas y cotejar dicha estatua con otras semejantes de la misma casa en otras localidades españolas.

Ahora bien, pongan todos sus sentidos, fíjense bien. ¿Es verdaderamente un Fénix, el ave fabulosa que renace de sus cenizas?

Fue a mi maestro, D. Manuel García Teijeiro, a quien en clase escuché explicar que propiamente la iconografía responde más bien al rapto de Ganimedes, el jovencito ascendido al Olimpo por el águila de Zeus o el dios mismo bajo esa forma. Recuerdo que me dije entonces: ¡Mira que no haberme dado cuenta!

Lo curioso es que trasteando con estas cosas, porque una nunca deja de aprender, leo ahora en documentos emitidos por la propia compañía y que son fácilmente accesibles aquí que en 1911 el escultor Saint-Marceau rediseñó la escultura del edificio de la calle Alcalá. Quería presentar un joven lleno de vida sentado airosamente sobre unas alas del Fénix como una llamada al futuro, un canto a la belleza y a la “infinita confianza en la resolución humana”. Incluso se ha querido ver en esa combinación una manera de dejar constancia de la fusión de las dos empresas aseguradoras, “El Fénix español” y “La Unión”, hecho que tuvo lugar en 1879. Todo es posible.

Lo que es indudable es que cada vez que piense en esa imagen emblemática de mi ciudad natal o me encuentre otras en Madrid, Valencia, Bilbao, Las Palmas de Gran Canaria, Albacete, Alicante, Murcia, Cádiz, La Coruña, incluso en una vieja estampa del edificio parisino pensaré: “¿Fénix, Ganimedes?”

Henar Velasco López

 

 

Ganimedes no es sólo nombre de Asociación

Dicen que dar una información completa es una buena costumbre, también dicen que manifestar obviedades es un rasgo de presuntuosa vanagloria de los conocimientos de uno. Sin embargo, me he atenido a los consejos de Tirón, que ha tenido a bien recordarme que cuando publicamos la entrada del congreso de Ganimedes no dijimos de dónde venía el nombre a esta organización; y, ya que esta societas con ánimo de divulgación que es nuestro blog, tiene como cometido extender el conocimiento de los clásicos más allá de las fronteras, allá voy, como el caballo de copas.

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Mosaico romano (Sousse Museum)

Ganimedes (Γανυμήδης) era según la mitología antigua el hijo menor del rey Tros, soberano de la amurallada Ilión. Sin embargo, otras genealogías discrepan de ello. ¡Bendito Pierre Grimal que nos da multitud de tradiciones distintas! Según cuentan los relatos más conocidos, Ganimedes era un joven de gran belleza y se ocupaba de guardar los rebaños de su padre en el monte Ida. Parece que el Ida era un buen sitio para encuentros fugaces y secretas coyundas de los olímpicos con pastores, si no, que se lo digan a Anquises. Zeus, prendado por la belleza de aquel púber, decidió hacer lo que mejor se le daba, comenzar un nuevo affaire con cualquier mortal que se le cruzara. El joven acabó en el Olimpo como copero de los dioses, al igual que su análoga femenina, Hebe (juventud en griego). Algunos dicen que fue el propio Zeus el que raptó al muchacho, otros que él mismo bajo la apariencia de un águila (animal a él ligado) y también los hay que dicen que envió a un águila para que lo raptara y que el padre de dioses y hombres premió al animal convirtiéndola en una constelación: Aquila.

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El satélite Ganimedes

Y esto me recuerda un chiste. ¿Ustedes saben lo que hacen un italiano y dos alemanes un domingo por la tarde algo aburridos? Pues poner un nombre a un planeta. Discúlpennos el chiste malo. El italiano era el famoso Galileo Galilei y los alemanes Johannes Kepler y Simon Marius; tres afamados astrónomos a los que le debemos el descubrimiento y el nombre de este satélite de Júpiter (una de sus cuatro “lunas”: Ío, Europa, Ganimedes y Calisto). Como ven, la mitología clásica siempre ha sido un comodín útil para la gente que descubren cosas nuevas en el cosmos. Parece ser que Galileo fue el primero en notar que había “tres estrellas fijas” cerca de Júpiter, las cuales no resultaron ni estrellas ni fijas, sino pequeños cuerpos que se movían alrededor del planeta más grande de todo el sistema solar. Y no se crean, también hubo pendencia en el descubrimiento de este cuerpo celeste. Resulta que Marius acusó a Galileo de haber copiado su trabajo y de que él lo había descubierto días antes. Sea como fuere, Marius, por sugerencia de Kepler:

«Júpiter es muy culpado por los poetas debido a sus anómalos amores. Tres damas son especialmente mencionadas por haber sido cortejadas con éxito por Júpiter. Ío, hija del río Ínaco, Calisto de Licaón, Europa de Agenor. Luego estaba Ganimedes, el apuesto hijo del rey Tros, a quien Júpiter, después de haber tomado la forma de un águila, transportó al cielo sobre la espalda como fabulosamente dicen los poetas (…) el tercero, a causa de la majestad de su luz, Ganimedes». (puedes leerlo aquí)

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Galileo Galilei

 

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Simon Marius
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Johannes Kepler

Y después de algunas disputas, finalmente, Ganimedes tuvo su “luna” para él solo y los cuatro mayores satélites jovianos acabaron teniendo unos nombres mitológicos mucho más hermosos que la denominación que otros propusieron: Júpiter I, Júpiter II, Júpiter III y Júpiter IV. Hemos de decir también que Ganimedes es el satélite natural más grande de Júpiter y del sistema solar, mayor que Mercurio y la Luna, y con campo magnético propio, amén de el único. Además, recomiendo un pequeño relato de Isaac Asimov, para muchos el pontífice de la ciencia ficción moderna, llamado Navidad en Ganimedes. No tiene que ver mucho con el mundo clásico, pero es entretenido.

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Comparación entre Ganimedes, la Luna y la Tierra

El mito de Ganimedes, por ejemplo, tuvo su pervivencia, no necesariamente negativa, también en el cristianismo ‒evidentemente reinterpretado‒, pues Dante en la Divina Comedia (Purgatorio, IX, 19-33) ve en el rapto del pastor troyano una imagen del alma pura arrebatada para ir al cielo. De alguna manera los poetas se las tienen que ingeniar para salvar los mitos antiguos.

Y aquí llega la última cuestión: ¿por qué la asociación de Jóvenes Investigadores de Filología Clásica tiene este nombre? Ganimedes es uno de los jóvenes de la mitología eternamente jóvenes y su mito también es una especie de correlato de la vida del filólogo clásico, el cual es arrebatado por el águila de la disciplina. Como ven, hay algo de iniciático, mas no de mistérico, en la figura de Ganimedes.

Me gustaría terminar con una pequeña anécdota que tuve la suerte de presenciar y que tiene que ver con la eterna batalla entre estudiosos de dónde acentuar los nombres griegos. ¿Heródoto o Herodoto?, ¿Hesíodo o Hesiodo?, ¿Tucídides o Tucidides?… y así con todos. Pues resulta que hace un par de años, el ya jubilado profesor José Carlos Fernández Corte al hilo del congreso de Vitoria dijo con esa voz y ese tono sentencioso que lo caracterizan: «Que por cierto, se dice Ganimedes, no Ganímedes, ¡demonios! ¡Que ahí hay una larga!», recordándonos la regla de la penúltima en latín y que en griego esa “e” era una “heta”.

Ibor Blázquez Robledo

 

«Ganimedes» es nombre de Congreso

Cuando hablamos de la actualidad del mundo clásico, nos imaginamos temas de distinta índole que vienen jalonando nuestro bienamado blog desde hace más de un año. Hoy seguimos hablando de actualidad, pero una algo distinta a la que estamos acostumbrados. El comité organizador del V Congreso Ganimedes de jóvenes investigadores de Filología Clásica quiere enviarles una nota en la que se anuncie y publicite nuestra asociación, no sólo por la simple divulgación, sino porque será en Salamanca donde tendrá lugar el congreso los próximos 22, 23 y 24 de marzo.

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Esta asociación fue fundada en 2012 en Madrid por estudiantes en situación predoctoral de la Universidad Autónoma. Su misión es permitir que investigadores noveles de filología clásica de toda España y parte del extranjero ‒no es un chiste, gente de otros países de Europa ha presentado comunicaciones anteriormente‒ den a conocer sus trabajos, líneas de investigación de doctorado y, sobre todo, compartan su experiencia investigadora entre ellos y con las futuras generaciones.

Por esta razón queremos dar difusión desde aquí, para que los jóvenes alumnos de la Facultad y todo el que esté interesado se acerque esos días al Aula Minor y al Aula Magna y de esta manera conozcan qué se está haciendo en la actualidad con la Filología Clásica y otras disciplinas; ya que también hay cabida para quienes se dedican a la Historia Antigua o a la innovación docente de nuestra disciplina. Así mismo animamos a todos los estudiantes de máster y doctorado que les llegue esta información a que presenten sus proyectos en alguna de las dos modalidades que ofrecemos: comunicación o póster. Para este fin, dejamos en este enlace la dirección de la web del Congreso, donde podrán encontrar los requisitos y periódicamente se irá renovando información de interés: https://sites.google.com/site/vcongresoganimedes2017/home.

Para terminar, nos gustaría agradecer a Notae Tironianae la oportunidad que nos brinda al dejarnos difundir esta información en este rincón de la red de redes. VALETE OMNES!

ganiIbor Blázquez Robledo

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