Europa y el toro en las nuevas monedas conmemorativas de la circulación del euro

Elena Villarroel nos envía el enlace a la nota de ABC que presenta la nueva moneda de 10 euros qu servirá para conmemorar el 20º aniversario de la puesta en circulación del euro en Europa. En el reverso hay una representación de la princesa Europa. Este dibujo es el mismo que también aparece en los billetes de euro como imagen holográfica. Por su parte, junto a ella aparece la imagen de un toro, que evoca la violación de Europa por Zeus, que había tomado la imagen de ese animal (resulta notable que se siga utilizando como imagen conmemorativa una violación).

Susana González Marín

El País dedica un editorial a la decisión del alumno con mejor nota en la EvAU de Madrid

Un nuevo enlace, esta vez a Las humanidades lo petan, un editorial de El País (3/7/22), que se suma a los ya consignados en la entrada sobre Gabriel Plaza, el alumno con mejor nota en la EvAU de Madrid, que ha decidido cursar Filología clásica. Agradecemos el envío a Mº Ángeles Martín Sánchez.

El estudiante que obtuvo la nota más alta en las pruebas de la EvAU de la Comunidad de Madrid, Gabriel Plaza, fue sometido durante al menos dos días a un acoso digital en las redes que lo obligó a cancelar su cuenta en Twitter y a suspender las entrevistas que tenía comprometidas. La ansiedad no la vivió al examinarse sino al recibir los comentarios agresivos de tuiteros cargados de complejos. Solo le ha fallado un cuarto de punto en alemán para que su calificación fuese un rotundo 10 como nota final. La burla airada se desató porque su vocación se orienta inequívocamente hacia el latín, la enseñanza del latín. Los clásicos —desde Horacio hasta Cicerón— se rendirían ante la inteligencia del joven al escoger su felicidad antes que las expectativas de éxito profesional, pero ha sido esa misma inteligencia la que ha acelerado el pulgar tuitero para ridiculizar su determinación. La Filología Clásica, o incluso un posible grado posterior en Filología Hispánica, según declaró, inspiraba una mezcla de risa y piedad en la Red. “No tiene salidas” ha sido la consigna más manoseada pero implícitamente deploraban que ese talento quedase inutilizado socialmente por dedicarse a los saberes humanísticos.

El desprestigio de las Humanidades ha calado en una sociedad digital que ha sentido robustecido con las nuevas tecnologías su menosprecio por ellas como materias prescindibles. Ese desdén no afecta paradójicamente a las Humanidades mismas sino que aleja del conocimiento —histórico, filosófico, estético, filológico— a quienes lo asocian a tostones casposos, incapaces de disfrutar del valor emancipador de saberes que cuestionan y transforman el mundo. Ningún cambio relevante en ninguna esfera de la era moderna y contemporánea —el fin de la esclavitud, la conquista del Estado de derecho, la execración de la tortura, la consagración de los derechos de la infancia y de las mujeres, el respeto a las minorías— ha sucedido sin que alguien haya armado una idea y la haya difundido por todos los medios, incluido internet. Las Humanidades parecen barridas por la revolución tecnológica pero ahí siguen, fomentando la independencia crítica y la virtud del saber heredado y compartido. Los estudiantes de estas materias se habrán sentido hermanados con Gabriel Plaza: se saben de segunda categoría en un mundo hipertecnológico. Lo peor sería que escogieran el camino de muchos en los últimos 15 años: buscar trabajo fuera de España. Frente a la prepotencia y la defensa a ultranza de una rentabilidad del saber instrumental y miope, solo cabe respirar hondo y darle la enhorabuena a Gabriel.

La erupción de Pompeya fue en octubre

Reproducimos la noticia publicada en El País (28/6/2022) por Lorena Pacho, que viene a confirmar lo que ya se sospechaba: La erupción del Vesubio arrasó Pompeya en octubre y no en verano como se pensaba.

La erupción volcánica más famosa de la historia ocurrió dos meses después de la fecha que hasta ahora se creía. Un reciente estudio científico certifica que la furia del Vesubio arrasó Pompeya entre el 24 y 25 octubre del año 79 y no en agosto, como se sostenía con claridad hasta 2018. Fue entonces cuando los estudiosos comenzaron a sospechar que algo no cuadraba en los tiempos. Una inscripción a carboncillo, con una fecha de otoño, descubierta en la pared de una casa, empezó a sembrar la duda. Ya había otros indicios que apuntaban en la dirección de una datación errónea. Por ejemplo, los cadáveres petrificados iban demasiado abrigados para ser verano, vestían prendas de lana y chaquetas largas que les cubrían el cuerpo. Había braseros en las puertas de las casas y algunos de los frutos carbonizados no correspondían a la fecha tradicional de su cosecha.

Ahora han confirmado todas estas suposiciones una amplia investigación, que se acaba de publicar en la revista Earth-Science Reviews, y que ha estado dirigida por científicos italianos, que han estudiado al detalle las escenas apocalípticas que dejó la terrible erupción para reconstruir todas las fases de la terrible explosión.

Hasta ahora, en libros de historia y guías se señalaba el 24 de agosto del año 79 como el día en el que el Vesubio entró en erupción y sepultó Pompeya gracias a una carta que el escritor de la Antigua Roma Plinio el Joven, que fue testigo directo de la tragedia, había enviado a Tácito. Aunque varios expertos ya hablaban del 24 de octubre como la fecha de la catástrofe y apuntaban a errores de transcripción de la misiva en la Edad Media. En 2018 estas teorías ganaron impulso cuando se descubrió en la pared de una de las casas que están surgiendo en las nuevas excavaciones de la zona llamada Regio V una inscripción fechada en el “decimosexto día antes de las calendas de noviembre”, que según el actual calendario corresponde al 17 de octubre. Es decir, una semana antes de la erupción. Si la frase fue escrita en octubre, la erupción no pudo ocurrir antes. Para revocar la hasta ahora fecha oficial de agosto, los científicos también han tenido en cuenta el descubrimiento de una moneda, un denario de plata que lleva la imagen del emperador Tito, con una inscripción que hacía alusión al mes de septiembre.

El equipo internacional dirigido por el Instituto de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV) ha vuelto a analizar los hechos y ha subsanado el error de cálculo de la inmensa máquina del tiempo que es Pompeya para viajar con mayor precisión hasta aquellos días de la antigüedad. El estudio ha revisado los aspectos históricos, estratigráficos, sedimentológicos, petrológicos, geofísicos, paleoclimáticos y de modelización de la erupción, y, por primera vez, se han combinado todos para ofrecer una panorámica más completa de la catástrofe.

La escenografía de aquella fatídica jornada se mantiene: de repente, hacia el mediodía, cuando los habitantes de las ciudades del sur de Nápoles, como Pompeya, Herculano y Estabia estaban inmersos en sus actividades, se produjo una violentísima erupción explosiva. La lava, la ceniza y un flujo de gas incandescente destruyeron y en cierto modo congelaron en el tiempo todo lo que encontraron a su paso, incluyendo casas, objetos y personas.

Aunque la del Vesubio es una de las erupciones más estudiadas y que más ha aportado a la vulcanología moderna, aún hay muchos interrogantes. Por eso, el estudio se ha planteado desde un enfoque multidisciplinar. Así, los científicos han confirmado que las cenizas volaron miles de kilómetros y llegaron hasta Grecia. En la investigación también se explica que la erupción se produjo en ocho fases y se ha reconstruido las características de cada una: “La primera fue muy violenta y levantó una columna de humo de hasta ocho kilómetros de altura, que esparció el material piroclástico en zonas cercanas”, se lee en el texto.

Asimismo, ha explicado el vulcanólogo del INGV y coautor de la investigación, Domenico Doronzo, el nuevo estudio “permitirá mejorar la aplicabilidad de los modelos de predicción, desde los fenómenos precursores hasta el impacto de diversos procesos eruptivos y deposicionales”. “El espíritu de nuestro trabajo era entender cómo un evento del pasado puede ser una ventana al futuro, abriendo nuevas perspectivas para el estudio de hechos similares que puedan ocurrir mañana. Este estudio mejorará la aplicabilidad de los modelos de predicción y ayudará a reducir la vulnerabilidad de las zonas y las numerosas infraestructuras expuestas al riesgo volcánico, no sólo en las inmediaciones del volcán, sino —como nos enseña Pompeya— incluso a cientos de kilómetros de él”, señala Doronzo.

Intentando recuperar Lancia

El 22 de junio Juan Navarro en El País se hacía eco de los intentos que se están efectuando por parte del Instituto Leonés de Cultura para recuperar el yacimiento romano de Lancia, situado entre los ríos Porma y Esla y las localidades de Mansilla Mayor y Villasabariego. La zona ha sido expoliada durante años, ahora se pretende excavar y explotar su posible atractivo turístico. Incluso los vecinos están devolviendo las piezas de las que durante años ellos y sus familares se habían apoderado.

El poblado, donde los astures resistieron el ataque de los romanos, fue finalmente ocupado por estos (26-25 a. C.), que edificaron allí termas, palacios y mercados.

¿Qué le dirías al alumno con mejor nota en la Selectividad de Madrid, que quiere matricularse en Filología clásica?

Nos mandan la noticia, que ha sido publicada en agencias (Europa Press) y de la que se han hecho eco La Vanguardia y la Cadena Ser, Esperanza González y Emilio de Miguel. Se trata de Gabriel Plaza, que ha obtenido en el examen de la EvAU un 10. Su nota en Bachillerato es un 9.94, así que la media es 9,964. Podríamos hacer varios comentarios y estoy segura de que habrá tenido que escuchar cosas como «¡qué desperdicio!», quizá en su propio insituto, pero prefiero proponer un ejercicio a nuestros lectores: ¿qué le diríamos cada uno a Gabriel?

Susana González Marín

Edipo, Juan José Millás y la realidad

Esta columna, titulada «Edipo», de Juan José Millás se publicó en El País el viernes 17 de junio de 2022:

Debe de ser magnífico estar de acuerdo con el mundo y juro que tengo la mejor disposición para que eso suceda. Salgo de la cama de un salto, me aseo canturreando un himno, desayuno bien, para hacer frente a la jornada, y no tomo café, sólo té verde, que es anticancerígeno y antioxidante, además de un excelente remedio contra la depresión y la resaca. Nadie me puede acusar de falta de buena voluntad, en fin. Pero luego llego a la Gran Vía de Madrid y desde la boca del metro hasta el portal de la SER, donde trabajo los domingos, tropiezo con cuatro o cinco personas que han dormido en la calle. No han podido saltar animosamente de la cama. No han podido ducharse canturreando un himno. No han podido desayunar proteínas e hidratos, y su mayor preocupación ahora es dónde encontrar una cafetería, un bar, un establecimiento en el que les permitan orinar y lavarse la cara.

Ahí empieza a quebrarse mi principio de acuerdo con la realidad. ¿Soy un flojo? Sin duda, pero es que para llevarse bien con el mundo no basta con ser fuerte: me temo que hay que ser un héroe. Hace unos meses estuve en Bruselas, donde vi una cantidad asombrosa de mendigos. Familias enteras durmiendo (o intentándolo) bajo el frío del corazón de Europa. Cuando digo “familias enteras” quiero decir parejas con bebés o criaturas de cuatro o cinco años que lamían una barra de pan duro para ablandarla y para que les durara más. Me hallaba yo en un proceso de reconciliación con el mundo, pero me levanté de la mesa de negociación y abandoné la sala dando un portazo. Creo que el mundo ni se inmutó.

Ahora bien, no cejo en mi empeño. Quero llevarme bien con la realidad. Es algo que me debo. Pero cuanto más me acerco a ella, a la realidad, más se aleja ella de mí. Tal vez si me arrancara los ojos, como Edipo, al descubrir que había llegado al sitio del que huía…

Una lista de «graduados» en una ephebeia griega

Un seguidor nos envía la siguiente noticia publicada el 2 de junio de 2022 en Ekathimerini.com: Expertos en el Reino Unido han descubierto que una losa de mármol de la antigua Grecia que pasó más de un siglo almacenada en el Museo Nacional de Escocia(desde la década de 1880), tiene inscritos los nombres de 31 «graduados» en una ephebeia, una academia militar de élite que preparaba a los jóvenes para la edad adulta, de un año en particular durante el período 41-54 d.C. El equipo que realizó el descubrimiento está dirigido por Peter Liddel, profesor de historia griega y epigrafía en la Universidad de Manchester.


			

Reaparece la estatua alavesa del dios Baco

Finalmente la estatua romana de Baco que se había descubierto en el yacimiento alavés de Arkaia y que llevaba perdida desde 1976 ha sido recuperada. Parece que estaba en manos de Jon Buesa (ex alto cargo del PNV), que en el momento de la excavación era ingeniero de obras públicas de la Diputación de Álava. El martes 31 de mayo Buesa entregó la escultura en el juzgado; se ha decretado el secreto del sumario. Puedes leer la noticia en La Vanguardia (1/6/2022) o en El Diario (1/6/2022)

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